Navegante virtual

Soy colombiano de corazón y defiendo mi patria por convicción; sin embargo, duele el día a día nacional desde hace mucho tiempo, desde cuando los artífices de las redes sociales hicieron carrera con la célebre "lo importante es que hablen de usted, no tanto por su verdad sino por su relevancia para el público" lo que hace de sus protagonistas en su grande mayoría unos mediocres con frases fuera de foco o verdades a medias o lo que es peor con posverdades, palabra mal acuñada por su etimología. Los políticos lideran ese escalafón y ahora también los funcionarios públicos, que sin importar su rango en la jerarquía institucional, hacen declaraciones a los medios o en sus redes, que deberían ser censuradas por su contenido y muchas veces por su redacción y ortografía. Siendo líderes públicos o representantes de sus instituciones deberían, ante todo, ser defensores de la verdad y de los valores que sus áreas de labor esgrimen en su publicidad y en sus documentos de plan estraté

Los colombianos somos alarmistas y criticamos que Trump nos haya mencionado como alcahuetes del narcotráfico, con el AUMENTO DE LA PRODUCCIÓN, y él tiene razón, cuando dejamos de desterrar los cultivos ilícitos para poder lograr el acuerdo de paz en el pasado gobierno, sabiendo de antemano que su no persecución generaría un boom de nuevos cultivos en las áreas de dominio de los grupos FARC, ELN y los nuevos actores: clan del golfo, etc. Pero esa "herencia maldita", como la llaman los actuales políticos del estado que tienen vocería sobre el tema, forma parte de nuestra realidad y solo podremos minimizar esta problemática con varias acciones: Control del consumo-demanda, Prohibición de importación de los precursores químicos que requiere su producción, combate directo en las zonas de cultivo-oferta, y tal vez, legalización del consumo de drogas- política de Estados. La prostitución ya pasó, guardando la comparación, por estos pasos: control de su consumo, combate a los pro